En homenaje al equinoccio otoñal, nos acercamos a unos de los sectores que esconde el Parque Tres de Febrero en Palermo: el Jardín Japonés. Construido en 1967 por la Colectividad Japonesa, por la llegada al país del Príncipe Akihito y su esposa, actuales emperadores de Japón.
Que cerca estamos del tan preciado verde de Buenos Aires, pero más que agua y vegetación esconde una armoniosa sensación de bienestar, será por los ancestrales diseños orientales del jardín, que
surge de la necesidad cultural del pueblo japonés, de estar en contacto
con la naturaleza. A diferencia de los jardines occidentales, donde se
seleccionan y organizan los elementos naturales en estructuras mentales
ajenas a su forma espontánea, su función es la de recrear un espacio o
pasaje natural.
En definitiva el arte del jardín japonés, es un reflejo del
respeto por la naturaleza. De cómo a pesar de la “pobreza” de
materiales, son capaces de ofrecer soluciones constructivas de grandes
resultados. Tan presente en todas las artes japonesas. En el jardín
japonés todo está planificado, será el propio jardín quién te conduzca
por una multiplicidad de significados.
Oleo de Liz Alvarez |
Interpretación
Tiene una lectura geográfica y topográfica, al propio paisaje
japonés, un archipiélago de islas organizadas en su mayoría en torno al Mar Seto.
En un segundo plano, el jardín japonés también tiene una visión del cosmos, la que corresponde a la religión sintoista, un gran vacío (mar) que se llena con objetos (islas).
Vista Aerea del Jardín Japonés. Figueroa Alcorta y Av. Casares. |
El arte del jardín japones le da suma importancia a cada elemento que se presenta en él:
Las rocas son los elementos base del jardín, la roca como montaña o
como isla, contenidos en el vacío que representa el mar. Las más usadas
son aquellas de origen volcánico, sobre todo el basalto.
- Shima (島). Isla, se usa para designar a las rocas del jardín y al recinto que las contiene, y finalmente por extensión a todo el jardín.
- Iwakura (岩倉). Textualmente, el lugar que ocupan las rocas. En ocasiones se atan las rocas con cuerda como si delimitaran el lugar que ocupan. Esta práctica procede del jardín chino, que usa rocas mucho más plásticas y redondeadas. Las rocas japonesas, por el contrario, son escarpadas. Se escogen en función de su forma y se trasladan y colocan tal cual se encuentran en la naturaleza, evitando las manipulaciones y protegiendo las rocas de los daños que puedan sufrir durante el transporte.
- El Monte Shumi, la montaña del eje del mundo para la religión budista. Se representa como una roca en el jardín.
- La isla/monte Hōrai (蓬莱). Un lugar místico heredado del Monte Penglai de la mitología china. En cierto modo sería una especie de paraíso. Isla de los Bienaventurados, Isla de las Grullas e Isla de las Tortugas, se representan como piedras rodeadas por agua.
Estas piedras no se distinguen las unas de las otras, se dan forma a
unas ideas que se transmiten por tradición oral, dando finalmente lugar a
un modelo. El jardín japonés es un jardín de iniciados.
Aparte de las rocas, un jardín típico japonés puede contener, de forma real o simbólica, los siguientes elementos:
- Agua
- Una isla de verdad.
- Un puente a la isla
- Una linterna, típicamente de piedra
- Una casa de Té ó pabellón
Además, se usan elementos vegetales como bambús y plantas relacionadas, plantas de hoja perenne, como elpino negro japones, y árboles de hoja caduca tales como arces que dejan desarrollarse debajo una alfombra de helechos y musgos.
Sakutei-Ki
Se trata de un texto del siglo XII con órdenes para construir el modelo de jardín japonés. Todas las enseñanzas se basan sobre el principio del equilibrio inestable,
siempre a punto de romperse (representa el equilibrio entre el Hombre,
el Cielo y la Tierra. Las practicaban personas de clase alta, no por
mera composición, sino para ejercitar la mente.
Principios:
- "Paisaje (montaña-agua) de la naturaleza viva"
- "Cumplir los deseos de las rocas"
- "Asimetría, equilibrio asimétrico"
- "Soplo de sensibilidad". De la sensibilidad del lugar, es como el "genio del lugar".
Instrucciones sobre la forma precisa de concebir el jardín:
- Escoge un número de piedras, pequeñas y grandes, y transpórtalas al jardín.
No se comienza por la idea y luego se busca el material, sino al revés.
- Las piedras de pie deben ser erigidas.
También aparecen rocas tumbadas.
- Juzga el arriba, el abajo, delante y detrás.
Buscando el deseo de la roca.
- Colocar primero las rocas principales, con aristas vivas y de grandes dimensiones. Luego las demás.
En la parte llana, se colocan piedras bajas, como si hubieran sido
abandonadas. Se encuentra belleza en lo imperfecto, lo inacabado. Existe
un alto grado de artificio para conseguir este efecto. Si la roca está
aislada, poner a un lado. Si está inclinada, colocar otras para
sujetarla. Las piedras no deben coincidir con los ejes de los soportes
de la casa (evidencia de la búsqueda del no orden). No representar nunca
un vasto océano, sino un mar que fluye entre estrechas aberturas entre
montañas.
Llego el otoño al hemisferio Sur, y Buenos Aires sigue ahí esperándonos.
Damero Kanagana y el vivero detrás. |
Página del Jardín Japonés: http://www.jardinjapones.org.ar/
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